El ruido que vino del frío

Debo confesar que nunca me ha gustado la Patagonia. Tal vez el frío, el viento, el azul más oscuro del cielo. La sensación, cerca del canal, de que allí se termina el mundo. Los lagos son hermosos, pero si te tirás tenés un paro cardíaco, te congelás. Las bellezas heladas no me gustan, soy demasiado terrenal, me gusta Bach, pero la música es otra cosa. Conocí gente allí, la mayoría emigrantes del Gran Buenos Aires. Profesionales muchos de ellos, que no tenían alternativa de laburo por aquí cerca. Cabeza de ratón y no cola de león. Ningún genio desperdiciado.
Y ahora los ruidos que vienen de allá abajo. Quisieron penalizar una protesta social, metieron en cana a un dirigente gremial y se armó el quilombo ese. Me llamó la atención el ensañamiento con la víctima, el pobre cana. Demasiado ensañamiento. Me quedó la duda de porqué pasó así. Habría demasiada bronca, me parece. Porqué. Me gustaría saber más. El patrón no es más Menéndez Behety, ahora se llama Repsol. Esta vez no mandaron al Coronel. Varela con el 10º de Caballería. Fue la Gendarmería, en avión. Y los señores esos de lente oscuro, con autos con vidrios espejados, bigotes, bien alimentados. Diecinueve presos, gente escondida en la iglesia, el cura hablando de maltrato y violaciones en las comisarías. El Gobernador ser fue. Parece que el Goberna estaba harto de que sus subordinados chequearan sus órdenes con Buenos Aires, con gente hasta de tercer nivel. Se pudrió. A nivel de piel, parecía buen tipo.
Hablando de una provincia pequeña, esto me hizo acordar de algo. Dios me libre de los liberales, sobre todo del CEMA, son gente con ideas foráneas y anticristianas. Pero ellos dijeron algo alguna vez sobre provincias no viables. ¿Cómo pueden existir estados federales con menos población que Palermo o Barrio Norte? Cómo pueden tener dos Cámaras, Corte Suprema, Intendentes, Consejos Deliberantes. Que les queda de Federales cuando tienen que hocicar para que el Tesoro Nacional les tire algunos mangos para pagar los sueldos? Y además las familias propietarias de esos estados federales se eternizan en el poder y hace falta que muera alguien y se arme un despelote para despertar a la gente de su larga siesta o que salga de la vuelta del perro. Algunas son Ciudades-Estado. Se podrían manejar muy bien con solo un intendente. Y mandan a sus amigos al Senado y allí se juntan con lo más oscuro y retrógrado y se oponen a las pocas iniciativas buenas que se presentan. Algunas provincias son muy viables porque tienen excelentes regalías petroleras. Pero el suelo es argentino, no de algunas familias.
La Matanza no merecería también tres senadores?
No habría que repensar la Constitución de vuelta?