Sunday, June 15, 2008

Un día muy particular


Si algo hacía falta para probar que hay muy poca materia gris en algunas áreas del Gobierno, el sábado se dieron todos los elementos para despejar las dudas.
Emitida la orden de despejar las rutas –cosa que debió hacerse mucho antes- se esperó hasta mediodía y que estuvieran todas las cámaras y televisores prendidos para hacerla efectiva. El resultado fue el esperado. Casi una pueblada en la ruta 14, y el retroceso de la Gendarmería; y si se quería documentar apropiadamente la acción obstructiva y la resistencia a la autoridad, también. La detención del jefe de la jacquerie, impecable desde el punto de vista técnico (tomado en flagrante delito) duró poco tiempo, alrededor de cuatro horas. El juez lo liberó de inmediato, así podía continuar con el corte. Quizá el juez no sabía que este activista fue durante tres meses el dueño de ese peaje de la ruta 14. ¿Si hubiera sido Castells lo habría soltado tan rápido? Y sigue decidiendo quién pasa y quién no, como si no hubiera ocurrido nada. Tal vez el juez no se enteró de que el delito continúa y de que el gordito es reincidente.
Todo el incidente se vio en directo y pintorescamente relatado, estilo partido de fútbol con mensajes de amor y paz, por un movilero del monopolio Clarín, como dice Ámbito. Si de muchos experimentos realizados en la quietud del laboratorio se dice ahora que el investigador es parte del experimento, cabe suponer que cuando se efectúa en vivo la transmisión de un incidente, en el marco de un problema como el actual, el canal es parte del despelote.
Luego, la pandilla de los cuatro lanzó un comunicado diciendo que la represión fue ilegal, porque el activista no estaba “haciendo nada” y decretando otro paro. Supongo que alguien, cuando la oligarquía retome el poder, les recordará que cortar rutas y provocar caos económico es “hacer nada”. Seguramente ellos solucionarán rápida y eficientemente el problema, como lo hicieron en 1921, allá en el sur, o más recientemente, en 1976, en todo el país.
Refiriéndose a la detención del gordito director de tránsito pesado, La Nación cuenta que la Presidenta manifestó, en privado, que no estaba de acuerdo con la detención. Cuesta comprender, a veces, las fuentes periodísticas. No se me ocurre sino enumerar algunas posibilidades: a) el diario tiene un topo en el entorno presidencial, b) recurre a la visión remota, c) tiene acceso a emails ajenos, casi en tiempo real. La visión remota no es broma. La usaron primero la KGB y luego la CIA, durante la guerra fría. Esta es gente muy pragmática, no usan cosas que no sirven.

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