Wednesday, June 25, 2008

Carpas


Ayer escuchaba, algo sorprendido, el alboroto que armaba lo que parecía una caverna de Neanderthales* que, como se sabe ahora, se levantaban tempranísimo, por el tendido de las carpas en Congreso sin autorización del Ing. Macri. Este señor, como se sabe, es un acérrimo defensor del espacio público. A diferencia de los piqueteros rurales, los carperos no bloquearon el tránsito, no produjeron desabastecimiento, ni causaron elevación de precios de los productos de primera necesidad. Sin embargo, los acampantes recibieron críticas, denuestos e ironías que no se escucharon en tres meses de bloqueo de rutas. Moviendo el dial, escuché los aullidos de otras cuevas, tan complacientes y zalameras en otro momento con el piquete rural.
Hace algunos días, en un programa político manejado por un dúo de profesionales de ciencias sociales, uno de ellos le preguntó socarronamente al otro si se acordaba de lo que le habían dicho que tenía que decir. Esta pregunta quiso ser un irónico comentario de alguien, alguna vez más independiente, a un discurso político en el que se cuestionaba la imparcialidad de algunos medios de difusión. El comentario me trajo a la memoria un corto artículo de Noam Chomsky, que habla sobre los medios. En un párrafo dice, palabra más o menos: “Cuando Ud. critica los medios y dice : aquí está lo que Fulano o alguien más está escribiendo, se enojan mucho. Ellos dicen, de manera completamente correcta, “nadie me dice qué escribir, yo escribo lo que quiero. Todo este asunto sobre presiones y limitaciones es un sinsentido porque yo no estoy nunca bajo presión alguna”; lo cual es completamente cierto, pero el punto es que ellos no estarían allí a menos que hubieran demostrado que nadie tiene que decirles qué escribir porque van a decir lo correcto. Si ellos hubieran comenzado en un escritorio del subte, o algo así, y hubieran seguido el tipo inconveniente de historia, nunca habrían llegado hasta las posiciones donde pudieran decir ahora lo que quisieran”
_______________
* No me parece bien llamar gorila a la gente. Los gorilas carecen de rasgos humanos. Parece sí como que alguna gente portara algunos genes del Homo Neanderthalensis, producto de una metida de pata ancestral, cuando ambas especies fueron contemporáneas, y que la Biblia explica borrosamente en Gen. 6, 2.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home