Monday, March 27, 2006

Aniversario


En estos días de efemérides, algunas cosas que revolotearon siempre por mi cabeza lo hicieron más fuerte que de costumbre. La primera de ellas tiene que ver con los juicios por las violaciones de los derechos humanos, cárcel, torturas y desapariciones. Estos hechos ocurrieron antes y después del 24/3. De los que ocurrieron antes, creo que se procesó a López Rega, cuando Licio Gelli y la mafia de la P2 le soltaron la mano y tuvo que volver de su exilio en Suiza, pero supongo que hay muchos involucrados impunes. De los que ocurrieron después, hay procesos y condenas a militares y algunos civiles -médicos ayudantes de verdugo y algunos tipos de los servicios. Ahora es más fácil, son viejitos, algunos son locos seniles, no tienen fierros, y a su corporación ya no les interesa su suerte. Pero siempre tuve la sensación de que en realidad los militares, si bien no son perejiles, eran solo una parte de la cuestión. Los autores intelectuales, me parece, no usaban uniforme militar. Cómo no sentaron en el banquillo de los acusados, junto a los militares, a la Corte Suprema del Proceso, a los jueces que juraron por el estatuto y a todos los ministros de las Juntas? Cómo pueden ejercer la profesión esos ex jueces y fiscales del Proceso?
Creo que muchos pensaron que la cosa terminaba mal allá por julio de 1974, cuando murió Perón. Treinta años atrás, el General había socorrido a cuanto nazi, fascista y colaboracionista pudo. Eichman, Barbie, Mengele y muchos más. Ellos eran buenos católicos, expertos en la solución final y le ayudarían a mantener el comunismo lejos de estas playas. Cuando el General volvió, trajo a la P2 consigo. Cuando pensó “aprés de moi, le déluge” y eligió a su esposa como vicepresidente, plantó indudablemente otra mala semilla. Osinde, el Brujo y la vieja guardia peronista reaccionaron como sabían hacerlo contra la nueva ola de los Montos y la izquierda. Se estima algo así como 400 muertos entre la vuelta de Perón y el 24 de marzo. Algún día los historiadores se ocuparán de cosas menos anecdóticas como ver si San Martín era un bastardo de Alvear y si Belgrano era o no homosexual, para echar un poco más de luz sobre el pasado más inmediato? Algún día el PJ revisará sus raíces y se hará cargo de la parte de la responsabilidad que le cabe en la masacre? Fue la “obediencia debida” patrimonio exclusivo de los militares? Lo sigue siendo ahora?

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