Thursday, August 31, 2006

Racimo

En los últimos años, especialmente en Medio Oriente, la especie humana ha puesto de manifiesto los extremos a los que puede llegar en su afán de amedrentar y aniquilar al prójimo. La ejecución de rehenes y la detonación de cinturones explosivos en lugares públicos es repugnante, pero sin duda merece más atención la ejecución de actos terroristas por parte de gobiernos que se supone civilizados, que cuentan con algún consenso de su pueblo y que controlan el ejercicio de la fuerza. Por ejemplo, el uso de fósforo blanco en la ciudad de Fallujah, el año pasado, por los Estados Unidos y las bombas de racimo en el Líbano por parte de Israel, para no hablar del bloqueo de ayuda humanitaria y la destrucción de infraestructura básica, o de Guantánamo. Con respecto a las bombas de racimo ("cluster bombs"), el Coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU, Jan Egeland, ha manifestado que se estima en alrededor de 100.000 "bomblets" desparramadas en zonas civiles y rurales en Líbano. Pero lo peor de todo es que el 90% de esas mortíferas municiones fueron desparramadas 72 horas antes del cese de hostilidades, cuando se avizoraba el fin de la guerra. Luego del cese, causaron 50 víctimas, la mayoría niños. Fue sin duda una manifestación de bronca e impotencia por el fracaso de la ofensiva terrestre, en la cual había que pelear casi en igualdad de condiciones con Hezbollah, y no era como el asesinato impune desde el aire.
Llama la atención que un pueblo cuyos antepasados han sido objeto de persecución, tortura y aniquilación, estén aplicando los métodos de los nazis a sus enemigos. Hasta han construido un ghetto para los palestinos en la franja de Gaza y, como los nazis, quieren elegir a los kapos. No puede interpretarse de otra manera la detención y cautiverio de miembros del gobierno palestino, elegido por su pueblo. Y no pude culparse solo a la conducción política y militar de Israel de esos crímenes. El pueblo israelí eligió libremente a Sharon, que no era un desconocido (recuérdese Sabra y Shatila), como tampoco lo era Hitler en 1933, cuando fue electo y ya había escrito Mein Kampf.
Y qué leemos en La Nación del sábado 26?.
"La AMIA y la DAIA demandarán a Quebracho por obstruir la vía pública y obstaculizar el ejercicio libre y legítimo de la expresión de ideas. Kirszenbaum dijo a LA NACION que "no se va a tolerar que se intente amedrentar a miembros de la comunidad judía en la Argentina" y que "el recurso judicial será un aporte a la comunidad en general”
Además, destacó la solidaridad que recibió de dirigentes políticos, como Patricia Bullrich, de Unión por Todos; Ricardo López Murphy, de Recrear, y Jorge Pereyra de Olazábal, de la Ucedé, quien le expresó que los sectores de centro son los que más combaten el antisemitismo.”
Feo lo de los quebrachos. Gente muy rara, que siempre aparecen para pudrir cuanta manifestación pacífica se realice. También feo lo de esa gente que dice que está en el centro. Están ahí mas apretados que bosta de cojudo, como decía un paisano. Algún periodista podría preguntarles quién está a la derecha de ellos? Y que están realmente diciendo con eso de combatir el antisemitismo? Están diciendo que apoyan lo que están haciendo EE.UU. e Israel en Medio Oriente. Como ya lo dijeron claramente Blumberg y su acólito, con todas las palabras, con quienes se van a encontrar hoy, en la marcha.

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