Thursday, May 11, 2006

Voto

Por lo que se sabe, la UCR, el partido de los abogados, va a aprobar el ingreso a la Cámara de Diputados de un tipo que ha sido acusado de haber tenido activa participación en torturas y desapariciones en la última dictadura cívico-militar, y que llegó hasta la puerta en una lista del PJ que apoyaba a la Sra. de Duhalde para el Senado. Justifican su actitud en una interpretación del Pacto de San José de Costa Rica. Cualquiera sabe que los abogados pueden interpretar un pacto o una ley como se les dé la gana, siempre de forma muy sesuda. Podrían recordar el caso del padre de una princesa holandesa, al cual se le impidió asistir a la boda de su hija simplemente por la sospecha de haber picaneado alguna vaca cuando ocupaba un cargo en Agricultura durante el régimen militar. En el fondo, hay una actitud ciega de oposición al Gobierno y también el deseo de no perder del todo al electorado de clase media-alta, que como se sabe, es procesista en su mayoría, tolerante con la tortura, aprueba la mano dura, le encantan las relaciones carnales y cualquier otra cosa que les permita continuar adeudando impuestos y patentes, colgarse de la red eléctrica o del gas, atrincherarse en unos ghettos que llaman countries, mandar a sus hijos a escuelas y universidades privadas y pasar los veranos en Punta o Pinamar. Esta gente está muy bien representada por los partidos de Macri y los provinciales, que ya adelantaron su voto en contra de la exclusión. En su fase terminal, esta decisión los pinta de cuerpo entero a los radicales. Pudieron haber evitado el genocidio, si sus dirigentes en ese momento hubieran tenido las bolas necesarias, en lugar de dedicarse al verso y a mirar para otro lado. Porque ser dirigente tiene sus momentos buenos y malos, sus riesgos y sus premios. Pero cuando les tocó correr algún riesgo, se borraron. O acaso Videla hubiera hecho desaparecer al Chino?

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